Ateneo de Buñol (9 de marzo de 2007)

¿Por qué siempre ha sido algo tan importante para mí, y para la ciudad, lo que han pensado (…) de Estambul los occidentales, a los que identifico con Gautier?
Estambul, ciudad y recuerdos, cap. 24, O. Pamuk

A partir de esta última cita leída, se puede empezar hablar de este escritor turco, hoy rememorado por su reconocimiento internacional y su aportación al conocimiento de una ciudad tan fascinante como Estambul, punto de partida de esta reunión.

En la obra literaria de Pamuk circulan de manera casi obsesiva dos ideas: la literatura que el autor convierte en su modus vivendi, y la occidentalización de su país, Turquía que deriva en conflicto vital para el escritor y para su ciudad, Estambul.

La primera idea, la literatura, se ha convertido en el eje temático que el escritor utilizó en su discurso pronunciado al recoger el premio Nobel. Este discurso, titulado La maleta de mi padre, habla, sobre todo, de la relación que mantenía con su padre y con su país: su padre fue quien lo puso en contacto con la literatura occidental, iniciado con Montaigne, autor francés del siglo XVI, creador del ensayo (Essais du seigneur Michel de Montaigne), género literario que Pamuk otorgará a su libro Estambul (“…me insistieran en que mencionara en mi ensayo sus desastres más selectos”, Estambul, cap. 22), son multitud los autores occidentales mencionados: Nerval, Gautier, Flaubert, Verne, Baudelaire, Proust; y muchos otros son aludidos sin nombrarlos tan explícitamente (Borges, Amicis, Dante, Chejov, Tolstoi, Dostoievski, Goethe,…) pero a los que sigue en sus pautas literarias. También en otro de sus libros, La vida nueva, la literatura, un libro, se convierte en el tema principal; esto es así porque Pamuk considera la literatura como la más valiosa creación de la humanidad en “su intento de entenderse a sí misma”, tal como apuntaba en su discurso del Nobel.

La segunda idea procede del reconocimiento que Pamuk hace de su conflictiva relación con su país: centro de su mundo, Estambul, sus dificultades para desarrollar el arte, el provincianismo,… Todo ello se convierte en tema recurrente de sus obras.
La relación Pamuk-Turquía pretende “ser el puente sobre el Bósforo que une Asia y Europa, el vínculo entre lo mejor de la tradición islámica y la racionalidad progresista de Occidente”. Para ello, plantea el conflicto existente entre Oriente-Occidente: imperio acabado frente a progreso occidental.

Y es, a través de la literatura, como Pamuk intenta racionalizar y entender ese conflicto entre dos concepciones del mundo: pretende entender la amargura (“hüzün”) existente en Estambul a través de las visiones de escritores europeos (ya mencionados) y de autores turcos, los cuatro amargos escritores: Kemal, Koçu, Tapiner e Hisar. Confía en el oficio de escritor para poder cambiar la vida de las personas de cualquier cultura aunque su forma de hacer literatura sea completamente occidental en un mundo que no ha conseguido (o no ha querido) olvidar su orientalismo.

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