El 9 de junio de 2011, en la sala del Molino, el autor del libro «La Villa de Buñol en el tiempo. Su habla, su historia, sus personajes», Juan Simón, hizo la siguiente intervención:

 

Sr. Presidente del Ateneo de Buñol y miembros de su Junta Directiva, señoras y señores, amigos todos.
Fuera del guión, y antes de comenzar con el tema que nos ocupa, quiero, al igual que mis compañeros de mesa, felicitar públicamente a nuestro ilustre paisano, el Dr. Carlos Simón, por el merecido Premio Jaime I en investigación médica, que le ha sido otorgado anteayer, creo que con bastante retraso. Y, como ya dije ayer en Radio Buñol, pienso que este acontecimiento es motivo de orgullo para todos los buñoleros que, de alguna manera, sentimos un poco nuestro este prestigioso galardón. ¡Felicidades, Carlos!
Y vamos ya con lo nuestro. Ante todo quiero agradecer vuestra presencia en la presentación de mi libro, que de modo tan brillante, ha realizado el Dr. Jorge Olcina, con el que me une una vieja y entrañable amistad, en razón de la profesión militar que compartimos.
He de confesaros que siento una íntima satisfacción por el hecho de estar aquí, en nuestro querido Buñol, y poder dirigiros la palabra, no como escritor –que no lo soy, aunque haya escrito este libro– sino como buñolero y paisano de a pié, enamorado de este bendito pueblo, que es mi cuna y la de mis mayores. Aquí di mis primeros pasos y, aunque la familia nos trasladamos a Valencia cuando yo contaba 2 años, volvíamos cada verano. Después, ya de casado, adquirí aquí mi segunda vivienda y veníamos los fines de semana y en vacaciones. Ahora, seguimos viniendo siempre que podemos. Con todo esto, quiero decir que nunca me he ido del todo. Aquí nací y aquí quiero descansar cuando Dios me llame. Así lo digo en un pequeño poema dedicado a Buñol, en la introducción del libro.
Y vamos ya con el libro aunque, después de lo dicho por el presentador, que ha sido muy generoso conmigo, poco me queda que añadir. Sin embargo sí quisiera comentaros su trayectoria desde su origen como proyecto, pasando por el día a día de su gestación, hasta su alumbramiento en el día de hoy. Todo comenzó cuando allá por el año 1995 –y solo por pura satisfacción personal– comencé a anotar en una agenda todas las palabras buñoleras que recordaba (unas 100). Eso me llevó una semana y ahí quedó la cosa, dormida por unos meses, hasta que un día tropecé con la agenda, y según la repasaba me iba acordando de más palabras nuevas. A partir de ahí, mi interés fue in crescendo y, de forma esporádica iba incorporando palabras a medida que las iba recordando o escuchando a familiares y amigos, hasta que un día del año 2009 pensé: ¿por qué no, hacer con el ordenador un diccionario de vocablos buñoleros, por orden alfabético? Y me puse manos a la obra, pensando en imprimirlo yo mismo y encuadernarlo con gusanillo, para uso casero. Cuando estaba en ello se me ocurrió que podía intentar la aventura de editarlo y publicarlo. Así que el diccionario lo complementé con una introducción sobre Buñol y su rico panorama sociocultural. Es así como nació Habla Buñolera, que fue el primer título del libro.
Pero como Buñol y sus buenas gentes dan para mucho, no podía desaprovechar la oportunidad de redondear la obra con nuevos contenidos que la enriqueciesen, dándole un plus de variedad e interés. Y fue así como nació la obra definitiva, que hoy presentamos bajo el título La Villa de Buñol en el tiempo. Su habla, su historia, sus personajesLa he configurado en dos partes; la primera, de ocho capítulos, con todos los nuevos contenidos y la segunda, de seis capítulos, en la que se incluye un diccionario buñolero de sesenta páginas y más de ochocientas palabras, así como un recopilatorio de expresiones y dichos populares buñoleros, todo ello un patrimonio muy nuestro. Y como “vale más una imagen que mil palabras”, he insertado abundante material gráfico, a base de fotos en color que ilustran cada tema tratado.
Llegada la fase de impresión, mi prioridad ha sido dar calidad. El resultado ha sido un formato manejable, un buen papel y una impresión en color, pienso que muy digna y cuidada. Y como mi objetivo no es el beneficio económico, me considero muy bien pagado con lo gratificante que ha sido para mí esta tarea, dedicada a la investigación y el estudio de muestro pueblo, su habla y sus gentes. Eso no puede cuantificarse, porque no tiene precio y porque este trabajo de algunos años, ha hecho que me sienta más buñolero todavía.
De mi editora, el Ateneo de Buñol, quiero comentar la exquisita y cordial acogida que me dispensó su junta directiva cuando comparecí, en una de sus reuniones periódicas en “La Torreta”. Además son ellos quienes han gestionado la logística necesaria –contactos con el ayuntamiento y con los medios comarcales y locales– para hacer posible esta presentación, cosa que quiero agradecerles públicamente. Ahora que conozco de cerca esta asociación sin ánimo de lucro, yo diría que es algo así como el alma del pueblo. Y quiero subrayar este calificativo, en tanto en cuanto que promueve, apoya y estimula todo tipo de iniciativas culturales. ¿Y qué es la cultura, sino el alma de los pueblos?
Se dice que de bien nacidos es ser agradecidos y, como para hacer un libro de estas características son necesarios colaboradores y cómplices, quiero citar y agradecer públicamente a quienes, de forma activa, han colaborado de alguna manera en el libro que hoy presentamos.
A mi amigo y compañero Jorge Olcina, aquí presente, que cuando le pedí me hiciera la presentación del libro, no dudó un solo instante en aceptarla a pesar de ser persona muy atareada en diversos frentes.
Al prologuista de mi libro, el Dr. Barry Pennock-Speck, viejo amigo y Profesor de Filología de la Universidad de Valencia, a quien presenté mi trabajo para conocer su autorizada opinión, sobre todo de la parte lingüística. Hoy no ha podido venir por un problema de salud familiar.
Al Ilustrísimo Señor José María Santonja i Peris, Conde de Buñol, al que me dirigí sin conocerlo, para pedirle un saluda como texto introductorio del libro, por la vinculación histórica de su familia con Buñol, cosa que aceptó amablemente. Hoy no le ha sido posible acompañarnos, por tener otro compromiso ineludible.
A los artistas plásticos de Buñol –profesionales y aficionados– algunos aquí presentes, por facilitarme sus datos y permitirme insertar imágenes de sus obras pictóricas en el capítulo dedicado a ellos.
A los familiares y amigos, que me han animado a publicar este libro y a los que han colaborado con la aportación de datos y vocablos buñoleros. No cito nombres por ser muchos y por temor a omitir alguno.
Y, por último, reiterar mi más profundo agradecimiento a todos los presentes, amigos y familiares, por estar aquí y escuchar mis palabras.
Muchas gracias.

 

2 comentarios

  1. «Doña Trini» y tú recibid mi más cordial enhorabuena por el cariño y esfuerzo invertido en esa obra y el reconocimiento alcanzado. Pienso que vosotros dais vigencia a ese dicho popular…., «delante de una gran mujer emerge un gran hombre. ¡¡Qué gran tandem!!.
    Un abrazo . Josemari


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